La risa, y en particular una de sus manifestaciones, la caricatura, es una construcción cultural. Están las evidencias biológica y fisiológica, por supuesto, pero la risa de la que dan cuenta las artes y los medios tiene que ver con lo simbólico, con nuestro mundo mental. Y después de pasearse por la mente, la risa hace una de sus mejores piruetas y se devuelve a nuestro ser biológico afectando la salud individual y social. Es una vuelta completa, como si se tratara de un ciclo atmosférico. De todo ello da cuenta Carlos Alberto Villegas, poeta, ensayista, artista plástico y gestor cultural quindiano, uno de los más destacados investigadores del tema en Colombia.
Villegas, o “Petete” para sus allegados, animó varios grupos de caricaturistas durante la Era de los Asociados (años 80 y 90 del siglo pasado principalmente), y en muchos casos fue su biógrafo y cronista. Ayudó a impulsar la Escuela Nacional de Caricatura en Bogotá, y fundó la cátedra de Psicogénesis de la Risa en el ámbito universitario del país. Erudición académica que coronó en la Universidad Complutense de Madrid, en 2010, con su tesis doctoral Psicogénesis de la risa, la risa como construcción de cultura.
Una de las razones que llevó a Villegas a involucrarse de lleno en la Teoría de la Risa fue la falta de profundidad que evidenció en el tratamiento académico del tema. De hecho, todavía hoy, la noción misma de caricatura sigue siendo vaga; y eso se nota en el uso de la terminología. Y Villegas es enfático al respecto, pues para él “Caricatura” es solo un nombre al que debe agregarse un apellido. Se conoce la experticia del caricatólogo por su precisión en el uso de los términos para diferenciar las manifestaciones de la risa como expresión plástica.
Por lo general, los contextos en los que se hace uso del concepto de caricatura, o lo caricaturesco, no requieren de una mayor precisión gramatical. Para Villegas, sin embargo, hay que diferenciar los formatos de los que se valen el artista plástico y el humorista para provocar la risa. Por esa razón habla de la Caricatofonía, en la que el medio del que se vale el artista es su propia voz; Caricatumedia si utiliza el audiovisual y Caricatumímesis si se trata de la imitación mediante la gestualidad propia del artista. Así mismo, Caricalomía sería el término para la caricatura que se hace por escrito, la del guionista de programas de humor o la del novelista cuya narrativa reviste cierta comicidad; la Caricatopía haría referencia a la caricatura que se ejecuta por un medio tridimensional (como sucede con las máscaras o marionetas elaboradas en plastilina o látex), y Caricatografía el término para la caricatura gráfica.
Convencido de que el lenguaje que utilizamos para referirnos a las cosas y a los fenómenos es un indicio de nuestra capacidad para conocerlos, matizarlos y disfrutarlos, Villegas introdujo con su tesis doctoral el término Geloslogía para referirse a la disciplina que tiene por objeto el estudio de la risa simbólica o geliá. Si alguien aspira a ser un geloslólogo competente ha de conocer los mecanismos de la risa en los ámbitos de la subjetividad (pues el humor impacta en primer lugar el bienestar individual), de la intersubjetividad, que abarca lo social a través de lo cómico (la comicidad implica la sanción social pero también la comodidad) y de las mediaciones (la realidad del habla, las objetivaciones semióticas, la caricatura, lo caricaturesco y la creatividad). En suma, para Carlos Villegas ese saber transversal sobre la risa implica el “sistema circular de la cultura”, y es un saber que tiene como una de sus consecuencias el logro de un mayor nivel de bienestar y desarrollo humano. Reímos para agradecer a la vida.
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